En condiciones de pasar al Senado quedó el proyecto que declara feriado el día 10 de agosto de cada año para la región de Tarapacá, ello luego que fuera aprobado por la Sala de la Cámara de Diputados, en general y en particular, por 100 votos a favor y una abstención.
San Lorenzo fue un diácono que vivió en el siglo III, que gozó de gran popularidad, especialmente entre los más desposeídos de su tiempo. «Encargado de administrar las riquezas de la iglesia católica romana, se negó a entregarlas al emperador Valeriano, siendo condenado a morir en la hoguera el día 10 de agosto del año 258», se recordó.
En Chile, se especificó, la fiesta de San Lorenzo de Tarapacá se realiza en la localidad del mismo nombre, perteneciente a la comuna de Huara, y constituye una práctica religioso-cultural profundamente arraigada, en particular entre los diáconos, trabajadores, enfermos, mineros, adultos mayores, trabajadoras sexuales, transportistas, conductores y pescadores, que invocan la protección de su patronato.
«Se considera que es la segunda fiesta religiosa más importante de la región, como lo demuestra la circunstancia de que comienza dos días antes, con los saludos de los bailes religiosos en el templo, y continúa con la entrada de ceras y flores. La mayoría de los peregrinos -aproximadamente 100.000 por año- arriban al lugar el día 10 de agosto para venerar al Santo Patrono y participar de la misa solemne a las 10.30 horas. Luego, a las 16.00 horas, se da inicio a la procesión de San Lorenzo por las calles del pueblo, extendiéndose las celebraciones hasta la medianoche», se detalló.
La devoción a San Lorenzo de Tarapacá congrega a diversas organizaciones que gozan de personalidad jurídica, destacándose entre ellas la Agrupación San Lorenzo, que reúne a 38 sociedades de bailes religiosos, sumando aproximadamente 6.000 personas; y la organización “Tarapacá Ancestral”, que vela por el cuidado de las tradiciones y devoción a San Lorenzo.
En los últimos años, se ha producido un incremento de los visitantes con motivo de la fiesta de San Lorenzo, lo que implica que muchos de los asistentes deben solicitar permisos laborales y suspender otras actividades para poder participar en la celebración religiosa.