A casi 4 mil metros de altura, en el altiplano chileno, se realizó un particular encuentro de saberes, donde los asistentes no solo apreciaron los naturales escenarios decorados con bofedales, llamas y alpacas, sino que también conocieron la forma tradicional de realizar la trilla de la quínoa, uno de los procesos más llamativos de la cadena productiva del grano ancestral.
La jornada denominada “Encuentro intergeneracional de saberes y trilla ancestral” reunió a profesionales que trabajan en torno a este grano andino, grupos de interés y turistas, en una actividad que organizaron conjuntamente el Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP), el Servicio Nacional de Turismo (SERNATUR), las agrupaciones indígenas de productores de quínoa, como son “Suma Juira” y “Juira Marka” y la municipalidad de Colchane, a través de los profesionales del Programa de Desarrollo Territorial Indígena (PDTI).
Fueron dos jornadas en las que los asistentes se adentraron en el mundo de este grano andino, vital alimento de la comunidad aymara y que en esta oportunidad culminaron con el proceso tradicional de la quínoa, mostrando al público la manera actual de trillar con apoyo de un tractor, pero ciertamente lo que más llamó la atención fue el proceso a la usanza ancestral, que no considera la incorporación de maquinaria y sólo se apoya en el trabajo manual que realizan los quinueros, quienes usan gruesas sogas tejidas con lana de camélido, para proteger sus antebrazos y ayudar a trillar o desgranar la quínoa. Este proceso lo realizan con apoyo de una pieza de madera de queñua, flora típica del altiplano. Para proteger sus vestimentas en este procedimiento, los quinueros se cubren con una gran pieza de cuero de camélido, que usan por el reverso como mandil.
Antes de mostrar los procesos, los agricultores relataron en qué consistía el trabajo y también entonaron cánticos ancestrales a cargos de las mujeres, mientras los hombres acompañaron tocando la bandola, instrumento de cuerda característico del mundo aymara.
Leticia Castro Saavedra, fue una de las iquiqueñas que subió en uno de los buses dispuestos por la municipalidad de Colchane para participar de la segunda jornada. Al respecto comentó que “me llamó la atención el largo proceso de la quínoa, si bien yo conozco el del trigo, este es más largo. Uno no se imagina todo el trabajo y la dedicación con que la gente mantiene sus tradiciones y el amor por su tierra. Ojalá los jóvenes logren recuperar estas tradiciones y volvamos a alimentarnos cómo lo hicieron nuestros antepasados”.
Durante la primera jornada, los participantes conocieron la ruta de la lana y la quínoa, además se realizó la presentación de la Mesa de Jóvenes Rurales, que mostró un poco sobre el trabajo que realizan para tener representantes en las cinco comunas del Tamarugal y poder consolidarse con un directorio y así tener voz en la instancia a nivel nacional.
En tanto el segundo día los participantes conocieron sobre los indicadores naturales para la siembra (flora, fauna, estado atmosférico), además de manejo de plagas, entre otros. Sin embargo, ambos días la atracción principal fue la muestra de trilla actual y sobre todo ancestral.
Esta y otras actividades que relevan el aporte nutricional y patrimonial de la quínoa, tiene su base en la realización del VII Congreso Mundial de la Quínoa y otros granos andinos, evento que se realiza cada dos años, y cuenta con la participación de cinco países de la región andina: Perú, Bolivia, Chile, Argentina y Ecuador. Chile adquirió este compromiso como país y el próximo año será sede del evento, que se desarrollará en marzo de 2019 en Tarapacá.
Esta actividad permitirá la visibilización de la quinua regional en el evento más importante del rubro a nivel mundial y permitirá acortar brechas en: Sistemas productivos e Innovación tecnológica sostenible, Valor agregado, Nutrición y Gastronomía, Desarrollo territorial e Identidad cultural, y Comercialización y Políticas públicas.
Para Iván Cerda Fuentelzar, director regional (s) de INDAP Tarapacá, estas dos jornadas “nos permitieron presenciar aquellas prácticas ancestrales que por generaciones han desarrollado nuestros usuarios, particularmente en el altiplano andino. Es tarea de INDAP apoyar la producción de la quinua y los demás rubros desde lo técnico, sin abandonar las tradiciones y costumbres inherentes a nuestros pueblos originarios. Poner en vitrina a la Agricultura Familiar Campesina en cada uno de los territorios de nuestra región, con un enfoque basado en su riqueza cultural, es uno de los enfoques prioritarios de nuestra gestión”.
Asimismo, la directora regional (s) de SERNATUR Tarapacá, Marina Ferreira Quililongo, destacó que “este encuentro permite potenciar el turismo vivencial y así trabajar fuertemente con las comunidades aledañas, para diversificar la oferta turística de la región de Tarapacá y ofrecer una experiencia totalmente única y atractiva para los visitantes”, dijo al tiempo que agradeció a “todos quienes participaron de esta importante actividad para la comunidad aymara”.