En su reciente cuenta pública, la Presidenta Michelle Bachelet recordó que hoy tenemos un Chile distinto y mejor que hace tres o cuatro años. Un país que se ha atrevido a iniciar cambios de fondo para dar oportunidades justas y equitativas a todos, y una de esas oportunidades -quizás la más evidente para los ciudadanos- es la que estamos entregando en educación, transformándola desde una óptica de mercado a una educación entendida como derecho social, clave para el desarrollo de las personas y de todo nuestro país.
En educación parvularia entre 2011 y 2014 aumentaron en casi 24 mil los cupos en jardines y desde ese año a la fecha se ha mejorado aún más, aumentando en 50 mil, por lo que llegaremos a cerca de 70 mil en 2018.
Gracias a la Ley de Carrera Docente, desde julio de 2017 las remuneraciones de los profesores del sector municipal aumentarán, en promedio, en más de un 30%. Hemos dignificado sus condiciones laborales, dándoles más tiempo para preparar clases y evaluar con mayor dedicación a sus alumnos.
Por su parte, la Ley de Inclusión Escolar pone término al copago en los colegios que reciben subvención estatal. Ahora es el Estado el que aporta los recursos que antes aportaban los apoderados, reemplazando gradualmente esa mensualidad. Asimismo, al eliminar el lucro en los colegios que reciben aportes del Estado, se obliga a que todos los recursos obtenidos deban ser invertidos en el propio colegio.
Finalmente, hoy tenemos más de 5.200 estudiantes de nuestra región que asisten gratuitamente a la universidad en distintos lugares del país. En Tarapacá pueden dar fe de aquello tanto la Universidad Arturo Prat, como la Universidad de Tarapacá e Inacap, donde más del 30% de sus alumnos ya no debe pagar por estudiar.
Nos debemos sentir orgullosos de poder decirles hoy a nuestros niños, niñas y jóvenes, mirándolos de frente, que muchos como ellos -de hecho más de 250.000 en el país – hoy no deben pagar por estudiar.
Chile está cambiando y lo hará para mejor en la medida que cada día más personas puedan acceder a educarse, sin que importe si su familia tiene o no dinero para pagar. Chile merece ser un lugar más justo y menos desigual para vivir.