Todos hemos sido testigos y cada día con mayor frecuencia, del evidente cambio climático que nuestro planeta enfrenta: pronósticos meteorológicos impredecibles, aumento del nivel del mar, inundaciones por lluvias o inesperados aluviones, son solo algunos de los efectos que hemos conocido.
Frente a lo que parece ser uno de los mayores desafíos de nuestro tiempo, Chile ha adoptado acciones concretas que han situado a nuestro país en una posición de liderazgo. Así, el 20 de septiembre del año 2016, la Presidenta Bachelet ratificó en la sede de Naciones Unidas el Acuerdo Climático de París, pacto internacional que nos compromete a adoptar medidas frente a este fenómeno y hemos cumplido.
Hoy contamos con un Plan de Acción Nacional de Cambio Climático (Pancc), que aborda sectores claves como energía, salud, infraestructura, transporte, agricultura, biodiversidad y escasez hídrica, entre otros. Es por eso también que hemos avanzado como nunca antes en materia de protección de nuestro entorno, al resguardar más de un millón de kilómetros cuadrados de ecosistemas marinos y creando ocho áreas protegidas terrestres, lo que incluye una maravillosa biodiversidad.
Tarapacá no ha estado ajena a estos avances y por ello fuimos la primera región a nivel nacional en constituir una Comisión Regional de Cambio Climático, desde donde trabajamos intersectorialmente adaptando a la realidad de nuestro territorio las materias incluidas en el Plan de Acción Nacional.
Sin duda alguna estamos en el camino correcto, sin embargo, la tarea más importante es la de crear real conciencia acerca de la esencial interrelación y dependencia que existe entre el ser humano y el medio ambiente. Con ese objetivo queremos incluir en las bases curriculares de educación enseñanza sobre el Cambio Climático, para que nuestros estudiantes desarrollen actitudes de valoración de su entorno y para que todos logremos comprender que cada cosa que hacemos afecta el mundo donde vivimos, por lo que está en nuestras manos asumir el compromiso ambiental que necesita nuestro planeta.
El cambio climático no es una moda ecologista ni una exageración, es una realidad que nos exige ser responsables con nosotros mismos y con nuestras familias, pero por sobre todo por aquellos chilenos y chilenas que vendrán en el futuro. Es un imperativo ético que nos debe movilizar a todos.