Hace medio siglo, el 28 de julio de 1967, durante el gobierno del Presidente Eduardo Frei Montalva, entró en vigencia la Ley N° 16.640 de Reforma Agraria, la cual perfeccionó y amplió la normativa que la antecedió (Ley 15.020, de 1962) para hacer un proceso que verdaderamente permitiera el acceso a la tierra para quienes la trabajaban.
Aunque en su momento muchos cuestionaron esta iniciativa motivada por la doctrina social de la Iglesia y no advirtieron su impacto ni midieron sus consecuencias, el proceso -según los agraristas- fue el más importante del siglo pasado, no sólo porque modificó la calidad de vida de un gran número de personas, sino porque ayudó a construir una sociedad más democrática y justa. La sociedad chilena fue transformada radicalmente con la Reforma Agraria y con la Ley de Sindicación Campesina que la acompañó.
Hasta antes de la Reforma se estimaba que existían 1 millón 800 mil inquilinos que trabajaban en alguno de los 10 mil latifundios que poseían el 78% de la superficie agrícola, lo que equivalía a tan sólo el 7% del total de explotaciones agrícolas del país. Gran parte de esas tierras no se aprovechaba productivamente, y las bajas tasas de crecimiento del sector, que para los años ’50 e inicios de los ’60 promediaba el 1,5%, propiciaban que la economía nacional dependiera en gran medida de la importación de alimentos.
La Ley 16.640 amplió las facultades de la normativa dictada por el Presidente Arturo Alessandri en 1962. En definitiva, autorizaba a expropiar hasta dos tercios de la tierra agrícola del latifundio; el tercio restante incluía la reserva dejada al latifundista, que en la mayoría de los casos era superior a 80 hectáreas, con inclusión de bodegas y la infraestructura que tenía el predio.
EN TARAPACÁ
Según la Corporación de la Reforma Agraria (CORA), empresa estatal a cargo de realizar las acciones de subdivisión de la tierra durante la Reforma Agraria, la superficie expropiada hasta 1973 en Tarapacá ascendía a 8.981 hectáreas físicas y 2.769 hectáreas de Riego Básico.
Las regiones del norte, Tarapacá, Antofagasta y Atacama, prácticamente no tienen tierras de secano arable, por lo tanto, no aparecen tierras expropiadas de este tipo, salvo 153 hectáreas en Tarapacá.
La Reforma, iniciada por el Presidente Alessandri, pero impulsada decididamente por los Presidentes Frei y Allende, implicó la expropiación de 9,8 millones de hectáreas y de 5.809 predios. Se complementó con una serie de otras leyes destinadas a garantizar los derechos laborales de los asalariados del campo y convertir al campesinado en una fuerza social activa de las transformaciones que por esos años desafiaban al país.
Para 1965, el nivel de sindicalización era mínimo, pues sólo existían 32 sindicatos con 2.118 afiliados. Con la Ley de Sindicalización Campesina (1967) este número se incrementó a 488 sindicatos con 127.688 afiliados hacia 1970.
La Reforma Agraria construyó la base de infraestructura que permitió el desarrollo exportador que se vivió en Chile años después: red de embalses, mataderos, frigoríficos, Plan de Desarrollo Frutícola, Plan de Desarrollo Forestal, Plan de Desarrollo Ganadero, entre muchas otras iniciativas. Finalmente, durante la Reforma Agraria se crearon las instituciones públicas que hasta hoy han acompañado el proceso de modernización sectorial: ODEPA, SAG, CONAF, INIA e INDAP, entre otras.
La agricultura de hoy no sería posible sin la Reforma Agraria de ayer. La Agricultura Familiar Campesina es un segmento social y económico de gran significación y es parte sustantiva del sector agrícola, la ruralidad y sus territorios. Representa un universo del orden de las 260.000 explotaciones, equivalentes a casi el 90% del total de unidades productivas del país.
Raúl Quinteros, director regional (s) de INDAP Tarapacá, precisa que “a esta institución, que está próxima a cumplir 55 años de existencia, se le encomienda el acompañamiento en lo técnico productivo y desarrollo de familia campesina en forma integral. Con el devenir de los años su rol se ha concentrado en las últimas décadas en la dimensión productiva, lo que ha permitido generar contribuciones importantes al sistema alimentario nacional”.
Agrega que “debido a la importancia que reviste para el Agro Nacional y la Agricultura Familiar Campesina, hoy se celebran los 50 años de la Reforma Agraria y cada 28 de julio de cada año también se celebra con orgullo el Día de las Campesinas y los Campesinos de Chile. Es por ello que el ministerio de Agricultura e INDAP se encuentran realizando eventos nacionales y regionales. La región de Tarapacá realizará un conversatorio y celebración este miércoles 02 de agosto, en la Comunidad Agrícola de Pintados, en la comuna de Pozo Almonte, uno de los pocos lugares donde los habitantes percibieron los alcances de esta reforma”.