Lo primero es hacernos cargo de nuestra historia, en lo bueno y lo malo. Reconocer que la legítima reivindicación laboral de este gremio, que se extiende por más de 40 años, es tan importante como asumir que el primer paso que se dio en la solución del problema fue en el año 2011, liderada por Zofri S.A., cuando en un trabajo conjunto con el sindicato de cargadores y las autoridades sectoriales de la época, la Dirección del Trabajo por primera vez reconoce la existencia de una relación laboral entre usuarios (empleadores) y cargadores (empleados).
Ese primer paso permitió que hoy se diera el segundo y definitivo, donde los usuarios acordaron contribuir con $1.400 millones que permitirán a los más vulnerables del gremio superar las deficiencias previsionales que los afectan y donde los cargadores, por su parte, aceptaron ser regulados por un nuevo modelo de carga y descarga, que dé garantías de seguridad en la operación para los trabajadores, pero también de cumplimiento en la calidad del servicio prestado a los usuarios, necesario para un adecuado funcionamiento del sistema logístico. Este acuerdo refleja un ganar-ganar que sin duda debemos celebrar.
Sin embargo, quizás el mayor aprendizaje que nos deja el conflicto fue constatar, una vez más, que no existen las soluciones mágicas, que los procesos sociales y gremiales requieren de la voluntad y colaboración de todos los actores llamados a aportar -públicos y privados-, cada uno en su rol y desde su ámbito de competencias, y donde la clave es privilegiar el diálogo y el trabajo colaborativo. En ese marco, el gobierno cumplió un rol de mediador y promotor de esa vocación de diálogo que nuestra región históricamente ha tenido y seguirá adelante con esa tarea.
El desafío ahora es lograr mantener, de forma permanente, una comunicación y trabajo fluido entre los diversos actores llamados a liderar el quehacer económico, social y político regional, especialmente en materias donde, como en el caso del comercio internacional, Tarapacá tiene todas las competencias para ser un líder indiscutido.