La motivación de preservar la memoria de los antiguos habitantes de las ex oficinas salitreras de Tarapacá llevó a la agrupación Taller de Flores de Hojalata, que lidera la ex residente de la oficina Humberstone, María Moscoso Dávalos, a realizar un recorrido por la ex oficina Zapiga y Dolores, para dejar estos peculiares ornamentos en los cementerios emplazados en pleno desierto.
La iniciativa reunió a cien adultos mayores, quienes participan en talleres en la Iglesia Pampina, los que visitaron en la comuna de Huara las ex oficinas Zapiga, Dolores, Negreiros, Santa Catalina y Agua Santa.
María Moscoso destacó que el objetivo de esta actividad es rescatar la memoria colectiva de la pampa. “Nosotros implementamos hace seis años talleres para fabricar flores de hojalata, que en la pampa eran muy populares por cuanto las flores se marchitaban muy rápido. En las maestranzas de las oficinas se realizaban, al igual que las placas de bronce donde iba el nombre de la persona. Con el cierre de las oficinas eso se perdió y nuestro trabajo en el taller de la Iglesia Pampina, en Iquique, ha permitido rescatar esta tradición con el trabajo de hombres y mujeres que vivieron en las salitreras”.
La seremi de Desarrollo Social, Mariela Basualto, quien fue invitada a la actividad, destacó el trabajo de los pampinos y pampinas “por recuperar su identidad, en torno a un taller para elaborar flores de hojalata, que eran usados para mantener las tumbas ornamentadas ante la inclemencia del clima en el desierto. Estas acciones que reúnen a personas mayores son un ejemplo y de rescate de una tradición y memoria histórica que debemos destacar”.
Las flores de hojalata fueron implementadas a comienzos del siglo XX en las ex oficinas a imitación de ornamentos de porcelana que llegaban al norte de Chile para ornamentar tumbas de dueños y altos funcionarios de las salitreras.