Conservar más de cien mil hectáreas de tamarugo y algarrobo, además de difundir el cuidado de la flora y fauna asociada, es el trabajo que por 29 años ha desarrollado CONAF en la Reserva Nacional Pampa del Tamarugal.
Para conmemorar su histórico origen, la relevancia de su ecosistema y patrimonio cultural, se realizó una ceremonia que estuvo encabezada por el seremi de Agricultura, Mario Venegas, y por el director regional de CONAF, Julio Barros, además de funcionarios que cumplen funciones en dicha área silvestre protegida.
Los tamarugos alguna vez formaron extensos bosques naturales o “tamarugales”, los cuales dieron el nombre a esa parte de la región. Estos bosques fueron intensamente utilizados como fuente de combustible en faenas y campamentos durante la época de la explotación salitrera, hasta reducir considerablemente su población. No obstante, años más tarde se inició una reforestación gracias a la iniciativa de un privado, que luego fue retomada por CORFO.
Para conservar los bosques, a este sector se le dio categoría de protección al ser declarado reserva nacional el 18 de diciembre de 1987. Actualmente esta área silvestre protegida alberga relevantes sitios, tales como Geoglifos de Pintados, Salar de Llamara, ruinas de ex oficinas salitreras y vestigios de la Guerra del Pacífico.
Sobre el trabajo desarrollado, Julio Barros, director regional de CONAF, manifestó que, “esta reserva tiene un fin de conservación, por eso, sus recursos se manejan y utilizan con especial cuidado debido a la susceptibilidad que presentan y por la importancia que tienen para la comunidad y el ecosistema”.
Finalmente, Mario Venegas, seremi de Agricultura, destacó que “la reserva es un eje estratégico para la protección de los recursos existentes en esta zona de la región, pero además posee un relevante enfoque social al trabajar con la comunidad. Como ministerio valoramos profundamente la labor de CONAF en protección y fomento del recurso forestal y el cuidado de nuestras áreas protegidas para las futuras generaciones”.