Columna del Intendente de Tarapacá, del lunes 21 de septiembre.
Son cientos los relatos ciudadanos que describen momentos importantes en la vida de los tarapaqueños. Importantes, no solo por hechos ocurridos en periodos determinados, sino también por lo que significan en la definición de nuestra identidad cultural.
Distintos lugares, casonas y edificios, representativos del pasado de Iquique, elevaron la vida de muchas personas en sus años de funcionamiento; pero actualmente no son pocas las construcciones que sobreviven con un grado importante de abandono.
La puesta en valor de nuestros monumentos regionales debe ir siempre de la mano con una planificación urbana que considere información relativa a nuestra herencia histórica.
En 2018 comenzamos a abordar la restauración del edificio Sociedad Protectora de Empleados de Tarapacá, Monumento Histórico; obra de estilo neoclásica del arquitecto español Miguel Retornano, desarrollada entre los años 1911 y 1913.
En 2019 el Consejo Regional de Tarapacá aprobó el financiamiento para la compra y el diseño de su restauración a través del Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR), perteneciente al programa Puesta en Valor del Patrimonio.
Hace unos días iniciamos un proceso de participación ciudadana para definir el color que tendrá la fachada. Este proceso finaliza el 28 de septiembre será enriquecedor desde la mirada de restauración integral que creemos deben contener este tipo de iniciativas.
Tenemos un desafío enorme para la recuperación de La Protectora, el Teatro Municipal de Iquique y el Paseo Baquedano, para ir logrando la anhelada manzana de la cultura. Otra buena noticia es que en las próximas semanas se adjudicará la restauración del teatro.
Por otro lado, dimos inicio al diseño de la restauración del edificio de la ex Aduana y, estamos avanzando en una cartera (a cuatro años), para la puesta en valor de las iglesias y monumentos del interior de la región.