Gracias a programa “Mujeres Rurales” de PRODEMU e INDAP, la agrupación logró emprender en este proyecto sostenible y económico.
A una hora y media de la ciudad de Iquique, un grupo de ocho entusiastas mujeres de la caleta San Marcos logró, gracias al apoyo de PRODEMU Tarapacá e INDAP, que el borde costero no solo sea productor de pescados, mariscos y huiro, sino también de una variedad de hortalizas de hoja hidropónicas las cuales han permitido el abastecimiento local, así como de caletas aledañas.
Este innovador proyecto en las costas de la Región de Tarapacá se comenzó a ejecutar en 2018 a través del programa “Mujeres Rurales” que PRODEMU e INDAP ejecutan mediante convenio, desde hace 28 años, con el propósito de apoyar la implementación de iniciativas productivas lideradas por mujeres a fin de entregarles no solo un incentivo económico, sino también herramientas de desarrollo para formar mujeres líderes y empoderadas.
El proyecto “Habilitación e implementación de invernadero para cultivo hortícola a través de sistemas hidropónicos energizado con paneles fotovoltaicos” se encuentra en su tercer y último año de intervención, y, a la fecha, han logrado la producción de lechuga, tomate, acelga, morrón, cilantro, apio, pepino de ensalada, perejil y ají cristal, siendo los dos primeros sus productos estrellas.
Así lo detalló con orgullo Génesis Ávalos, secretaria del grupo “Hortalizas de San Marcos”, quien expresó que gracias a esta iniciativa ahora cuentan con un emprendimiento que les da la oportunidad de desenvolverse en un ámbito laboral distinto, por lo que no deben competir con los hombres en la extracción de productos hidrobiológicos.
“A nosotros nos han capacitado por todos los medios para que hagamos este proyecto, con ingenieros agrónomos, contador auditor y psicólogo (…). Doy gracias a PRODEMU porque confiaron en nosotras, nos dieron la oportunidad de cumplir nuestro sueño”, dijo emocionada.
El vivero está ubicado al costado sur de la escuela Caleta San Marcos. Allí se levantó este proyecto el cual considera la producción hidropónica de hortalizas de hoja (cultivo sin uso de suelo), cuyo destino se orienta al autoconsumo, posibilitando el mejoramiento de la dieta alimenticia a partir de la incorporación de vegetales frescos. Asimismo, los excedentes de la producción son comercializados localmente, abasteciendo a los negocios y restaurantes locales, oportunidad que se traduce en un ingreso económico complementario al presupuesto familiar.
La directora regional de PRODEMU, Karoll Carvajal Castro, explicó que el programa “Mujeres Rurales” tiene por objetivo aumentar la autonomía de la mujer, mediante un proceso de empoderamiento y del desarrollo de competencias para un emprendimiento rural, en asociación con otras mujeres del territorio, contribuyendo así a aumentar su bienestar y a disminuir las brechas de género presentes en su vida, su comunidad y su entorno. “El grupo Hortalizas de San Marcos es una muestra de ello, y por eso destacamos el compromiso que han tenido con el programa que desarrollamos en conjunto con INDAP”, puntualizó.
Proyecto sustentable y económico
Por su parte, el director regional de INDAP, Francisco Briones Fernández, detalló que gran parte de la infraestructura y componentes utilizados en el vivero son de carácter móvil y permite su fácil reubicación. “Para su implementación se empleó sistemas sin intervención de suelo, como sustratos inertes para el establecimiento del cultivo y sistemas hidropónicos y su energización, que es a través de paneles fotovoltaicos. Ambos hechos agregan valor al proyecto, ello desde la dimensión de sustentabilidad económica, ambiental, organizacional y territorial”, precisó.
Respecto a la experiencia vivida en este proyecto, Josefina Jou Guagi, de 36 años, expresó que ha sido satisfactoria, ya que luego de “organizarnos, comenzamos a trabajar nuestros cultivos, aprendiendo todas en el grupo de mujeres”. Con un relato esperanzador, comentó que, pese a la pandemia, la comercialización de sus hortalizas “si bien ha bajado, igual se ha mantenido. Nos hemos preocupado de nuestra planta”.
En tanto, para Maritza San Cristóbal Peña (48 años), la actividad ha estado llena de desafíos. “Hemos aprendido harto de este proyecto, pero este año me preocupa que se pierda la continuidad de estos trabajos. Necesitamos que nos sigan ayudando en las asesorías de cómo seguir cuidando nuestros cultivos”, comentó.
Para cada año de intervención, ambas instituciones entregan fondos a las agrupaciones de mujeres con las que se trabaja. Para el primero, PRODEMU destina $330.000 por mujer activa, mismo monto que INDAP otorga el segundo año. En tanto, en el tercer y último año, la fundación entrega $285.000 por mujer activa. Estos recursos se destinan a inversión en herramientas, insumo e implementación.