Hasta el Centro de Control del Coordinador Eléctrico Nacional, llegó la Presidenta de la República, Michelle Bachelet, acompañada por el ministro de Energía, Andrés Rebolledo, para poner en marcha las operaciones del nuevo Sistema Eléctrico Nacional.
La estructura se extiende por 3.100 km desde Arica a Chiloé, abasteciendo de electricidad a más del 97% de la población nacional. Tendrá una capacidad instalada aproximada de 24.000 MW y una demanda de 11.000 MW, representando el 99% de la capacidad instalada de generación del país. Es el resultado de la Interconexión de los Sistemas Interconectados Central (SIC) y del Norte Grande (SING).
“Nuestro país ha terminado con la absurda situación de tener un sistema eléctrico en el Norte Grande, y otro distinto entre Taltal y Chiloé. Lo que estamos haciendo hoy es borrar esa frontera que interrumpía abruptamente la transmisión eléctrica, que aumentaba los precios y la ineficiencia”, sostuvo.
Las obras comenzaron su construcción en agosto 2015, con una inversión sobre US$ 700 millones. Hasta la fecha, en Chile había dos grandes sistemas interconectados: el SING (Arica a Antofagasta) y el SIC (Taltal hasta la isla grande Chiloé). A estos se suman el Sistema Eléctrico de Aysén y el de Magallanes. La interconexión fue impulsada por años, para aportar seguridad al sistema y disminuir los precios de la tarifa eléctrica.
“Es, sin duda alguna, la obra de transmisión eléctrica más grande en la historia de Chile y la más compleja técnicamente. Es un hecho que la interconexión es una inyección para nuestro crecimiento: aumentará el PIB, de corto y de largo plazo. Las estimaciones hablan de una expansión de 500 millones de dólares en el primer caso y de 1.600 millones de dólares en el segundo caso”, afirmó.
El nuevo sistema permitirá contar con un mercado eléctrico más eficiente, con seguridad de suministro, más sustentable y, sobre todo, con menores costos. El estudio de impacto estimó un aumento del PIB de largo plazo en aprox. US$ 1.600 millones. En el corto plazo, el efecto sobre el PIB llega a US$ 500 millones. Esta cifra corresponde a una disminución de los costos del sistema eléctrico y una proyección de reducción de precios asociados a una mayor competencia y disminución de riesgos en el mercado.
“¿Qué nos dice esto? Que es posible. Que cada vez que nos ponemos de acuerdo y ponemos el bien superior de Chile por sobre nuestras diferencias, hacemos historia. Lo hemos comprobado muchas veces en estos años, pero siempre es bueno recordarlo: unidad es fuerza, tener claras las prioridades es ponerse al servicio de nuestra gente”, subrayó.