Transformar virutas y chatarras residuales de la industria metal mecánica en piezas y repuestos para la industria minera y pesquera en la región de Tarapacá, a través de un nuevo producto denominado “cilindro de acero centrifugado”, es la propuesta de una empresaria y dos ingenieras, quienes desarrollan un proyecto de “Prototipo de Innovación Regional” apoyado por Corfo y ejecutado por la empresa Servimak.
El equipo femenino que incursiona con éxito en el vanguardista e innovador concepto de “economía circular”, está integrado por la empresaria Teresa Villagrán Leiva; su hija, la ingeniera de proyectos e innovación más desarrollo (I+D) Natalia Figueroa Villegas; y la ingeniera civil mecánico, María José Ahumada.
“La idea nace de nuestra preocupación por la preservación del medio ambiente, y advertimos que los desechos industriales, en este caso las virutas y chatarras, se estaban transformando en un problema para nuestra región, y desde esa perspectivas comenzamos a trabajar para crear una fórmula que nos permita reciclar ese material”, precisó que Teresa Villagrán.
De esta forma, se introducen en la ejecución de un prototipo con una orientación sustentable y con valor agregado, sistema que se encuentra operando plenamente en las instalaciones de la empresa en Alto Hospicio. “Estamos entregando un novedoso aporte a las nuevas generaciones, con una mirada sustentable y de incentivo a la aplicación de la “economía circular” en todos los procesos”, agregó Natalia Figueroa.
Con experiencia desde 2014 en el rubro, este grupo de mujeres se plantea la necesidad de dar un nuevo uso a los deshechos de la industria metal mecánica, y de esta manera comienzan a diseñar el «Cilindro de Acero Centrifugado», cuya inversión global supera los 60 millones de pesos, siendo financiado el 50 por ciento por Corfo.
La empresa, en la actualidad se encarga de recolectar en los distintos talleres de metal mecánica de la región las virutas y chatarras, las cuales trasladan a su centro de operaciones. Teresa Villagrán señaló que “este material no es recibido en los vertederos, ni en ninguna parte. De esta manera, estamos contribuyendo a mejorar nuestro entorno con este sistema de reciclaje”.
El proceso consiste en recuperar la viruta, tomar muestras y someterlas a análisis para determinar la calidad del material en un laboratorio especializado. “Si cumple con las normas de exigencias, es reutilizado en una nueva fase de fabricación de piezas y repuestos para las industrias regionales”, explicó Natalia Figueroa.
El producto será comercializado para ser usado como materia prima en la fabricación de bujes y camisas por las maestranzas. En primera instancia, para desarrollar el proyecto se contempla la participación como empresa piloto a la maestranza Makimet.
El proyecto comprende la toma muestras del producto obtenido, para ello se mecanizó una pieza en forma de probeta, la cual se enviará a la Universidad Técnica Federico Santa María para que se realicen los análisis de calidad, desde la perspectiva química por espectrometría, respuesta mecánica, ensayos estandarizados de tracción; características microestructurales, análisis metalográficos; y medición de la dureza. Adicionalmente, se determinarán las emisiones gaseosas generadas durante el proceso de fusión y colada, mediante estimación de sus gases.
Raúl Fernández Rojas, director regional de Corfo, planteó que “esta iniciativa representa una gran oportunidad, no solo para esta empresa, sino que para muchas industrias que hoy prestan servicios a la minería. Hasta ahora, no existían compañías que pudieran abordar este tema, y ello obligaba a que este material fuera trasladado en costosos viajes a otras regiones”.
El programa Prototipo de Innovación Regional cofinancia 70 por ciento de costos de proyectos con tope hasta cuarenta millones de pesos, los cuales tengan como objetivo fomentar la innovación o que signifiquen el desarrollo de nuevos o significativamente mejorados productos (bienes, servicios) y/o procesos, hasta la fase de prototipo con impacto en la zona.